Luego lo publicó en 1954 bajo la edición de Juan Mejía Baca y Pablo Villanueva.
Mariano es un incomprendido ser marginal a quien la gente común lo ve como un upa o idiota, pero al mismo tiempo reconocen su talento artístico.
En el calor de la disputa, don Aparicio arroja a Mariano desde un balcón, ocasionándole la muerte.
Los capítulos no llevan títulos y solo están numerados con dígitos romanos, pero se les puede resumir del siguiente modo:[9] Los sucesos transcurren principalmente en la capital de una provincia de la sierra peruana, donde cuatro personas foráneas entrecruzan sus vidas: el arpista Mariano, el hacendado don Aparicio, Irma la ocobambina y Adelaida la costeña.
[11][13] Mariano, un eximio arpista y cantante de huaynos, a quien la gente común lo ve como un upa o idiota por su carácter ensimismado, llega al villorrio acompañado de su cernícalo (killincho), a quien llama «inteligente Jovín».
Este personaje era también foráneo pues provenía del pueblo de Lambra, donde tenía latifundios.
[11][13] Todo ello entristece a Irma, quien se había mostrado fiel al terrateniente.
Esta muerte pesa mucho al joven terrateniente y sirve para que empiece a redefinir su existencia disipada.
Su partida hacia un lugar indefinido tiene como propósito expiar de alguna manera su culpabilidad en la muerte del arpista.