El testimonio de san Gregorio permite reconstruir una serie episcopal ininterrumpida desde el inicio mismo de la fundación de la diócesis; entre los obispos se recuerdan algunos santos que entraron en la tradición universal del catolicismo, como san Martín o el propio san Gregorio, conocido en particular por su fundamental Historia Francorum.[2] Desde el punto de vista religioso, además del civil, Tours se convirtió en la sede metropolitana y la provincia eclesiástica, como la civil, incluía las siguientes diócesis sufragáneas: Le Mans, Rennes, Angers, Nantes, Quimper (dioecesis Coriosolitum o Coriosopitum), Vannes y Léon (dioecesis Osismorum).Durante la Edad Media la sede de Tours tuvo un gran prestigio y en una carta a Carlos el Calvo, el papa Adriano II la consideró la segunda diócesis francesa en importancia.En la Edad Media se celebraron importantes concilios regionales en Tours.[6] A mediados del siglo la invasión normanda marcó una crisis en la vida de la arquidiócesis.Fue en Tours donde Alejandro III excomulgó al antipapa Víctor IV.La abadía fue devastada por los normandos, que mataron a 120 de los 140 monjes.Durante la Revolución francesa la abadía de San Martín fue destruida casi por completo, pero fue reconstruida en el siglo XIX por iniciativa del arzobispo cardenal Guillaume-René Meignan.
Abadía de Marmoutier
Antiguo palacio arzobispal de Tours, actualmente sede del Museo de Bellas Artes
Tumba de san Martín de Tours en la basílica del mismo nombre, construida en el siglo
XIX
sobre las ruinas de la antigua abadía construida en el siglo
V