El objetivo de esta burbuja es eliminar todas las sedes episcopales existentes en Francia y erigir diez archidiócesis y cincuenta diócesis, cuyos límites corresponden a los de los departamentos.
[1] De conformidad con el artículo 58 del concordato, está previsto establecer diez archidiócesis metropolitanas y cincuenta diócesis sufragáneas.
Pero nunca se habían suprimido simplemente las sedes y diócesis, especialmente a tal escala.
Así, quienes rechazaron estas medidas sin precedentes constituyeron una especie de cisma que aún perdura en el siglo XXI.
Por ejemplo, el arzobispo de Lyon no tiene como predecesor más antiguo a los santos Potino e Ireneo, sino al cardenal Fesch.