[2] Durante la primera guerra carlista Magín Ferrer habría llegado a proponer a la junta carlista de Berga que solicitase al pretendiente el restablecimiento de los fueros catalanes suprimidos en 1714, según afirmó Juan Mañé y Flaquer al Diario de Barcelona medio siglo después.
Se le atribuye haber mandado publicar en Barcelona en 1840, apenas acabada la guerra, una historia del conde de España, con el seudónimo de Felix Ramon Tresserra y Fábrega, quien habría sido un isabelino imaginario.
[2] No obstante, el historiador carlista Melchor Ferrer lo pone en entredicho debido a la diferencia de estilos.
[2] Su obra más importante fue Las leyes fundamentales de la Monarquía Española según fueron antiguamente, y según conviene que sean en la época actual (1843), que hizo imprimir en Barcelona en dos volúmenes.
[5] En su faceta lexicográfica, publicó dos diccionarios castellano-catalán, que fueron reeditados durante el reinado de Isabel II, y en los cuales propuso para el catalán innovaciones ortográficas como la adopción de la grafía ñ en lugar del dígrafo ny o la supresión de la h final en las palabras acabadas en c.[2] Destacó como predicador católico, predicando la Cuaresma de las reales Órdenes en Madrid, la del Pilar en Zaragoza y muchos sermones.