El derecho continental europeo, o simplemente derecho continental (en ocasiones denominado sistema romano francés o sistema romano germano francés) es el sistema jurídico derivado de aquel aplicado en Europa continental, cuyas raíces se encuentran en el derecho romano, germano y canónico y en el pensamiento de la Ilustración, y que es utilizado en gran parte de los territorios europeos y en aquellos colonizados por estos a lo largo de su historia.
El Código Napoleónico es el sistema de derecho más extendido en el mundo, vigente en diversas formas en unos 120 países.
El derecho civil se empareja a menudo con el sistema inquisitorial, pero los términos no son sinónimos.
[5] El sistema de derecho continental se basa sobre todo, en la normativa emanada por los poderes legislativo y ejecutivo.
De hecho, en ciertos ámbitos, como los procesos constitucionales o contenciosos-administrativos, el precedente puede resultar obligatorio.
En algunos entró en vigor al por mayor mediante un acto legislativo, es decir, se convirtió en derecho positivo, mientras que en otros fue difundido en la sociedad por juristas y académicos cada vez más influyentes.
El derecho romano continuó sin interrupción en el Imperio bizantino hasta su caída final en el siglo XV.
Sin embargo, dadas las múltiples incursiones y ocupaciones de las potencias europeas occidentales a finales del periodo medieval, sus leyes se implantaron ampliamente en Occidente.
La siguiente tabla contiene las disparidades esenciales (y en algunos casos las similitudes) entre los cuatro principales sistemas jurídicos del mundo.