Demografía en la Antigüedad

[1]​ Cronológicamente abarca desde el surgimiento de la historia (IV milenio a. C. en Sumeria y Egipto, un periodo aún prehistórico en el resto de las zonas, que están entrando en la Edad del Bronce) hasta la caída del Imperio romano de Occidente (siglo V después de Cristo).

Geográficamente ha de referirse a zonas muy diversas y muy desconectadas entre sí las civilizaciones del Viejo Mundo (Antiguo Oriente Próximo, Asia Central, Lejano Oriente, Cuenca del Mediterráneo y las zonas periféricas del norte de Euroasia y del África Subsahariana), de la América Precolombina y de las islas del Pacífico.

La demografía clásica[2]​[3]​ (que se restringe a la época clásica del mundo grecorromano) considera la posibilidad de analizar movimientos demográficos expresables en tasas de natalidad y de mortalidad, índice de masculinidad, etc.[4]​ Pretende reconstruir procesos como los movimientos migratorios y la revolución urbana producidas en el entorno mediterráneo (Grecia antigua y Roma antigua), hasta la crisis del siglo III y la decadencia del Imperio romano, que abre un nuevo ciclo de grandes migraciones (las invasiones bárbaras) y un proceso de ruralización y transformación de la civilización urbana clásica, basada en el modo de producción esclavista, en las posteriores civilizaciones medievales, que tendrán su propia dinámica demográfica ligada al modo de producción feudal.

[5]​ Véase también: Población Mundial.

Estimación de la población mundial hasta 1700:[6]​ Cálculo de población de los países más poblados (usando límites actuales), años 1 y 1500: A comienzos del siglo I las zonas más densamente pobladas se concentraban en torno a los ríos Ganges, Tigris, Éufrates, Nilo, Pó y Yangtsé, es decir, en zonas como la Cuenca del Mediterráneo, China y Sur de Asia.