Al estallar la Guerra de la Independencia española se puso a las órdenes del general Castaños, con quien ya había servido, y se halló en la batalla de Bailén.
Al hacerlo, el tribunal acusaba a Paredes de haberse extendido a formar causas distintas de las que se le habían confiado, sin formar las causas separadas previstas por la ley e invadiendo competencias de la justicia ordinaria, al tiempo que elogiaba el patriotismo de O'Daly, contra el que Paredes había presentado una reclamación.
Pero las condiciones meteorológicas, en medio de un temporal de viento y lluvia, hicieron que los cañones imprudentemente instalados en un suelo blando en los cerros próximos a la plaza resultasen inútiles, al hundirse en el terreno, y Bessières pudo aprovechar su superioridad numérica para desbaratar al ejército atacante y hacerse con la artillería.
[8] Con la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis y la restauración del absolutismo se exilió a las Antillas y luego a Burdeos.
En 1834, muerto Fernando VII, regresó a España y, reintegrado en el Ejército, en septiembre fue nombrado gobernador militar de Cartagena.