2] Eso supuso la unificación de la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda —órgano creado en enero de 1937—[9] con la Delegación adscrita a Falange en una sola entidad.
[10] A partir de ese momento la delegación tuvo una organización eficaz: pasó a contar con una Dirección general de Propaganda, dirigida por Dionisio Ridruejo, y una Dirección general de Prensa, dirigida por José Antonio Giménez-Arnau.
[11] Tras el estallido de la guerra civil española, las fuerzas sublevadas se habían hecho control de numerosos diarios, editoriales y rotativas pertenecientes a aquellos que eran considerados enemigos.
[16] Esta cadena periodística constituyó el grupo empresarial más importante del Estado franquista.
[23] También se encontraban bajo su dependencia una editorial —Ediciones del Movimiento—, la agencia de noticias Pyresa (Prensa y Radio Española), así como varias revistas y semanarios.