Pero más concretamente se hace referencia al uso obsceno del estiramiento del dedo medio ―para insultar a una persona― en la comedia de la Antigua Grecia, por ejemplo en la obra cómica Las nubes (423 a. C.) de Aristófanes.
Los museos etnográficos conservan ejemplares de estos amuletos ya en el siglo XVII, pero las jamsas o hamsas se han encontrado incluso entre los púnicos del siglo VIII a. C. El hecho de que se use también la mano y uno o dos dedos para bendecir parece también tener alguna conexión con su pretendido efecto apotropaico supuestamente pagano.
Según esta, Milán se rebeló durante la baja Edad Media contra el emperador alemán Federico II Barbarroja y algunos de sus vecinos expulsaron a la emperatriz montada al revés sobre una mula en tanto realizaban esta señal; como rauda represalia el emperador ocupó Milán y ordenó insertar un fioco o higo en el culo de la mula, obligando a cada rebelde derrotado a sacar con la boca el higo y volverlo a meter sin ayuda de mano alguna; si no lo hacían, eran ejecutados por el verdugo; de allí vendría la frase fare la fica como muestra de grave ofensa a una persona (un gesto semejante en significado común en Italia y Argentina.
En italiano se dice fica al igual que en portugués, y en francés es figue.
La higa europea, que proviene directamente de la grecorromana y es distinta de la española, está mucho más extendida por todo el mundo; en lengua inglesa se denomina the finger ("el dedo") y consiste en estirar y enseñar el dedo corazón apuntando hacia arriba mientras se contraen en la palma los otros cuatro.