La danza expresionista floreció hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando desapareció casi por completo en Europa Central.
Los futuros movimientos espirituales y de reforma corporal se expresaron en una nueva danza «desnuda», «natural».
Los movimientos revolucionarios en Alemania y los Estados Unidos fueron los más obvios, dos países que no tenían una tradición de ballet antiguo.
Las primeras bailarinas en Europa fueron, por ejemplo, Clotilde von Derp, Hertha Feist, Hilde Holger, Loie Fuller, Yo Mihaly y especialmente Mary Wigman.
Las escuelas de danza expresionista tenían filosofías especiales y ponían el énfasis para el baile sobre todo en la naturalidad, la respiración o la tensión/ relajación.
Fue durante un tiempo en Monte Verità en la comuna de Ascona en Suiza, que también se convirtió en un centro para el nuevo baile.
Hanya Holm llevó sus teorías a los Estados Unidos, mientras que Birgit Åkesson siguió su propio camino con su investigación sobre el baile.