Dall'alto dell'Apostolico Seggio

Dall'alto dell'Apostolico Seggio, en latín, "Ab apostolici Solil", y en español, "Desde lo alto de la Sede Apostólica", es la trigésimo quinta encíclica del papa León XIII, datada el 15 de octubre de 1890; en ella se dirige a los obispos, al clero y a todos fieles italianos, expresando su dolor por el ataque a la Iglesia por parte de la masonería.

Además de algunas medidas legislativas y de gobierno se refiere también a la erección del monumento a Giordano Bruno[5]​ en Roma, en Campo dri Fiori,[6]​ un hecho del que ya se había dolido en el Consistorio delebrado el 30 de junio de 1889: El papa inicia la encíclica expresando la especial preocupación que siente por los católicos italianos No son los ataques directos al papa, y las calumnias que se difunden, lo que le hace volver a este tema; sino el daño que ocasionan a la Iglesia en Italia y el peligro que suponen esos hechos para la salvación de las almas.

La encíclica se refiere, en concreto, Medidas similares se han ido tomando en otras naciones, pero el papa hace notar, la especial virulencia que presenta esta situación en Italia, y el papel que desempeña en estas cuestiones la masonería.

En estas tareas han de tenerse en cuenta los criterios expuestos por el papa en sus encíclicas Humanum genus y Sapientiae christianae, El papa continúa la encíclica señalando el daño que esos ataques a la Iglesia producen en la sociedad, y por el contrario los beneficios que, para la paz social y el prestigio de Italia, proporciona las obras de la religión, al repercutir en una sana moral pública y privada; en el respeto a la autoridad y en el cumplimiento de los deberes ciudadanos.

Una actitud del Estado respetuosa hacia al religión, redundaría en provecho de Italia, tanto en el interior, como ante las demás naciones.