Cueva con cierre ciclópeo talayótica

[4]​ En cuanto la tipología de la cueva, la Cova Murada se caracteriza por ser una galería casi horizontal con numerosos codos de sección diversa[5]​ que dividen las diferentes salas que componen la cueva.

La cueva se encuentra en el camino de paso hacia la Cova Murada.

La Cova des Càrritx y su contenido se han conservado en buen estado hasta nuestros días gracias a que antiguamente la entrada quedó tapada por el colapso de una gran roca del barranco, que la ocultó.

[7]​ En la cueva se pueden diferenciar hasta siete salas comunicadas entre sí a través de corredores y galerías.

Codirigieron las excavaciones los arqueólogos Vicente Lull, Roberto Risch, Rafael Micó y Cristina Rihuete.

[11]​ ·Sala 6: espacio de configuración alargada en la que se localizó un vaso roto en el suelo y una pequeña hoguera con cenizas que contenían huesos humanos de dedos y pies.

A los 170 m, el último punto al que llegaron las personas que usaron estos espacios durante la prehistoria, sobre una repisa de la roca natural, se localizó una olla de cerámica con dos pezones orientados hacia la salida de la cueva, es decir, hacia el que se acercaba.

La des Morts es la más oriental y se caracteriza por tener un muro de cierre ciclópeo construido con grandes piedras.

En su interior también había una gran cantidad de sedimentos pero se documentaron muchísimas restos humanos en superficie.

· Nivel II: sedimentos arenosos con una potencia de 0-40 cm, donde se documentó un individuo completo y huesos que pertenecían a otros individuos que no estaban completos pero sí en conexión anatómica.

También había algunos vasos cerámicos y otros restos de la cultura material talayótica.

Las dataciones de los dos individuos documentados son: 906 cal a. C. y 955 cal a. C. · Nivel III: capas horizontales y compactas que ocupan toda la superficie de la cueva.