La piezoelectricidad (del griego piezo, πιέζω, "estrujar o apretar") es un fenómeno que ocurre en determinados cristales que, al ser sometidos a tensiones mecánicas, adquieren en su masa una polarización eléctrica, apareciendo una diferencia de potencial y cargas eléctricas en su superficie.El efecto piezoeléctrico es normalmente reversible: al dejar de someter los cristales a un voltaje exterior o campo eléctrico, recuperan su forma.Como consecuencia, en la masa aparecen dipolos elementales y, por influencia, en las superficies enfrentadas surgen cargas de signo opuesto.Las láminas estrechas se cortan de manera que el eje polar cruce perpendicularmente dichas caras.Diez de ellos son polares; es decir: presentan polarización instantánea, debido a que en su celda unidad contienen un dipolo eléctrico, y el material exhibe piroelectricidad.Estas ecuaciones pueden combinarse en una sola ecuación donde se considera la relación entre carga y deformación: d representa las constantes piezoeléctricas del material, y el superíndice E indica que la magnitud está medida bajo campo eléctrico constante o cero, y el superíndice T señala que se trata de una forma traspuesta de matriz.En su interior llevan un cristal piezoeléctrico al cual golpea bruscamente el mecanismo de encendido.Basta conectar un cable eléctrico a cada una de las caras del cristal y enviar esta señal hacia un amplificador.