Fue descubierto y demostrado por primera vez por Hertha Marks Ayrton.
Esta corriente provoca un gran calentamiento en el punto de contacto, al separarse los electrodos, se forma entre ellos una descarga luminosa similar a una llama.
En un arco abierto al aire a presión normal, el electrodo positivo alcanza una temperatura de 3500 grados celsius.
Los efectos caloríficos del arco eléctrico se continúan utilizando en la industria para la soldadura de metales y otros procedimientos metalúrgicos.
Esto también permite fundir productos con un punto de fusión muy alto.