Crimen de la legación alemana

[4]​ Pese a que Chile tenía para inicios de siglo una colonia teutona importante, particularmente en el Sur, donde había familias ya asentadas por décadas, las relaciones con el Imperio Alemán eran bastante malas, en parte debido al apoyo que este último supuestamente habría brindado a las fuerzas balmacedistas durante la Guerra Civil de 1891 (irónicamente, el victorioso ejército parlamentario era liderado por el alemán Emilio Körner).

Durante mucho tiempo la legación recibió cartas anónimas que exigían el retiro de la demanda.

[3]​[4]​ Cuando el fuego se había controlado, a eso de las 16 h, el ministro barón von Bodman manifestó su inquietud a la Policía por el canciller Guillermo Beckert, el que tras diversas averiguaciones no logra encontrar.

A su vez, Bienvenida Salgado, quien había declarado que Tapia no tenía restauraciones dentales, expresó que no podía reconocer ningún detalle de la boca en esas condiciones.

[2]​ Durante la tarde del 9 de febrero de 1909, el cortejo fúnebre partió hacia la Iglesia Evangélica Alemana ubicada en calle Santo Domingo 1825, en donde se encontraba un catafalco adornado con la bandera del Imperio alemán.

[2]​ El informe de Valenzuela Basterrica indicaba que el cuerpo contaba con los 32 dientes.

[22]​ La policía entonces comenzó una búsqueda de Beckert por todo el territorio nacional, siendo capturado el fugitivo cuando intentaba cruzar a Argentina por Lonquimay.

Luego de realizar las pericias para resolver el crimen, Valenzuela Basterrica fue citado por el presidente Pedro Montt para recibir una recompensa a nombre del gobierno chileno.

Ante tal oferta el dentista respondió que deseaba la construcción de una nueva Escuela Dental.

Bomberos combatiendo el incendio.
Guillermo Beckert en 1908.
Funerales realizados el 9 de febrero de 1909.
El director de la Escuela Dental de la Universidad de Chile Germán Valenzuela Basterrica.