También, un importante detalle es que sirven para no permitir el acceso del frío, porque al momento de frías corrientes o lluvias, el vidrio (conductor) permite el enfriamiento y este pasa al ambiente bajando las temperaturas.
En cuanto a las cortinas de tela, hay muchos tipos diferentes: finas, toile, al aire libre, vendimia, Indian, y más.
Suele ser utilizado en hospitales y colegios, aun así podemos encontrar este tipo de tejido para uso doméstico.
Existen en el mercado estores enrollables confeccionados, preparados ya para colgar en varias medidas y acabados.
De esta manera el elemento decorativo puede adquirir distintos colore, texturas y propiedades, adaptándose a cualquier lugar.
En añadido podremos accionarlas por motor, pudiendo ser con mando a distancia o con pulsador, con ende esto hace que su precio sea mayor en casi todas las partes del mundo.
Cortinas y persianas a menudo se usan indistintamente, lo que causa confusión para muchas personas.
Las cortinas son generalmente telas que cuelgan en una ventana para bloquear la luz, proporcionar privacidad o simplemente agregar un toque decorativo a una habitación.
Por otro lado, las persianas están compuestas por lamas de diferentes materiales, como madera, vinilo, poliéster o metal, que se ajustan para permitir o bloquear la entrada de luz y regular la privacidad.
Los tejidos sin revestimiento constituyen la gran mayoría de los utilizados en cortinas y están compuestos por un tejido apretado, normalmente una mezcla de algodón y poliéster, que es mayoritariamente opaco cuando se ve a la luz ambiente.
En la antigua Mesopotamia, las cortinas tenían un rango más amplio de aplicaciones y se utilizaban tanto en contextos domésticos como ceremoniales.
También se empleaban como separadores de habitaciones en residencias privadas, proporcionando privacidad y ayudando a controlar el clima interno.
[10] En la antigua sociedad griega, las cortinas desempeñaban un papel importante principalmente en entornos domésticos en lugar de espacios públicos.
Se utilizaban en los hogares para proporcionar privacidad, regular la luz y ofrecer una sensación de seguridad.
Las casas griegas generalmente tenían aberturas como puertas y ventanas que podían cubrirse con cortinas hechas de lino u otros tejidos.
Las cortinas en los hogares griegos cumplían propósitos prácticos como proteger el interior del sol intenso y el viento.
Durante el reinado de Isabel I, comenzaron a importarse telas italianas del Renacimiento decoradas con adornos, como brocados, terciopelos y damasco.
Estas telas ornamentadas, así como las decoradas con bordados crewel, se utilizaron en cortinas durante los periodos isabelino y jacobino ingleses.