Esta creencia popular ha sido ampliamente refutada, ya que está documentado que los macarrones, así como las pastas en general, ya se utilizaban en Italia al menos un siglo antes; por ejemplo, el geógrafo, cartógrafo y viajero árabe Muhammad al-Idrisi, que vivió en el Reino de Sicilia durante el siglo XII, en su obra geográfica Kitab Ruyar («El libro de Roger»), ha documentado los macarrones en la isla de Sicilia, y en particular en la ciudad siciliana de Trabia.
Esta denominación viene de la voz griega makàrios (μακάριος), que significa feliz, beato.
[1] Una etimología similar a esta indica que proviene probablemente del griego μάκαρ bendito, beato, epíteto dado a los muertos; originalmente sería conocido por este nombre un alimento que se consumía en el banquete funerario.
[3] Los macarrones fueron un producto traído por los italianos, y hasta mediados del siglo XIX fue un tipo de pasta típico de la cocina del llamado Mezzogiorno de Italia; desde esa época, y debido a la gran emigración, los macarrones se han difundido en toda Italia y otras partes del mundo.
[4] Además los macarrones se han extendido por todo el mundo y también diversos tipos de pastas italianas parecidas a estos últimos, como por ejemplo canelones, penne, rigatoni, ziti, tortiglioni, etc.