Las Cortes de Castilla eran la asamblea estamental del Reino de Castilla y León, que reunía a los representantes de la nobleza, el clero y el estado llano o las ciudades.
En Guadalajara, las Cortes se habían reunido previamente en 1390.
Hablaron después el hijo del infante, Alfonso, en representación del brazo nobiliario, Pedro de Luna, arzobispo de Toledo, en el del eclesiástico, y Pedro Suárez, hermano del obispo de Cartagena, en el de las ciudades.
La presión del infante Fernando logró que las Cortes aprobaran un subsidio de 50 millones, que quedó reducido a 40 millones, porque Muhammed VII, recién llegado al poder, envió embajadores a Guadalajara para proponer una tregua de ocho meses.
Según relata la crónica del reinado, Pedro de Luna llevó consigo al joven Álvaro de Luna, que más tarde se convirtió en valido de Juan II.