Fernando IV intentó conseguir en estas Cortes, entre otras cosas, la reorganización de la Casa Real, la restauración del orden en todo su territorio, alcanzar un equilibrio entre los gastos e ingresos de la hacienda,[1] y castigar los crímenes y delitos cometidos en la Corte.[10] El magnate castellano Juan Núñez II de Lara, señor de Lara, no asistió a estas Cortes porque se hallaba enemistado con Fernando IV.[8] Un año antes, una vez finalizadas las Cortes de Valladolid de 1307, surgió un conflicto entre Fernando IV y dicho magnate, a quien el monarca ordenó que abandonara el reino,[11] pero el señor de Lara se negó a ello y se preparó para resistir a las tropas del rey en el municipio de Tordehumos, que fue asediado por Fernando IV.Cuando se calcularon las rentas reales se descubrió que eran insuficientes para pagar las soldadas a los nobles y cubrir los gastos de la Casa Real, ya que había un déficit de 4.500.000 maravedís.[15] La Crónica de Fernando IV señala que el rey apoyó la propuesta de su tío, el infante Juan,[9] pero el ordenamiento de las Cortes de Burgos de 1308 revela que Fernando IV rebajó las soldadas a los nobles, anuló algunas cartas por las que cedía el portazgo y otros impuestos a determinadas personas,[16] revocó algunas exenciones otorgadas por él mismo o por su padre, el rey Sancho IV de Castilla, y devolvió a los concejos, para que pudieran pagar mejor sus impuestos, las aldeas y heredades enajenadas a otros.
Vista del municipio vallisoletano de Tordehumos. Al fondo de la imagen se ven los restos del castillo de la localidad, que fue asediado por Fernando IV.