Los productos químicos más comunes son derivados del petróleo, solventes, pesticidas y otros metales pesados.
[7] Los metales que ofrecen más afinidad para este proceso son: mercurio, plomo, arsénico y cromo.
Los compuestos organometálicos así formados suelen ser muy liposolubles y salvo casos muy puntuales, las consecuencias de la biometilización natural son irrelevantes, cuando los mentales son añadidos externamente en forma de vertidos incontrolados, convirtiéndose realmente en un problema.
La contaminación del suelo tiene consecuencias significativas en la salud humana, tanto de manera directa como indirecta.
[9] Las filtraciones de químicos al agua potable pueden causar trastornos gastrointestinales y hepáticos.
La ecoagricultura no utiliza pesticidas ni agroquímicos, sólo se basa en la forma tradicional de plantar, abonar y recolectar los alimentos.
La regulación de determinadas prácticas como la extracción minera, la actividad industrial que produce desechos tóxicos.
Este insecticida puede mantenerse por 10 años o más en los suelos y no se descompone.
Sin embargo, la flora y fauna oriundas es afectada cada vez más destruyendo la diversidad natural de las regiones en que se usan.
Hay otros insecticidas que son usados en las actividades hortofrutícolas; son biodegradables y no se concentran, pero su acción tóxica está asociada al mecanismo de transmisión del impulso nervioso, provocando en los organismos contaminados una descoordinación del sistema nervioso.
Primera: pueden ser movilizados del suelo donde se aplicaron mediante las lluvias y aparecer en las aguas superficiales o subterráneas.
Segunda: los residuos en el suelo, si son excesivos, pueden ocasionar que las plantas de próximos cultivos se vean afectadas también y tengan dificultades para germinar o desarrollarse.
Los fungicidas empleados en la agricultura por lo general no son persistentes pero algunos se degradan en el suelo y dan lugar a productos muy tóxicos.
[20] Pretende reducir o llegar a eliminar, si es posible, las sustancias contaminantes y su concentración para que pueda ser utilizado de nuevo.
Existen tratamientos térmicos, otros que implican lavados del suelo , aireación y volatilización de las sustancias contaminantes.
La alternativa biológica consiste en el empleo de microorganismos y plantas para fijar, eliminar o degradar las sustancias.