Constitución del Reino Unido

[1]​ A diferencia de muchas otras naciones, el Reino Unido no tiene ningún documento constitucional único.

La Constitución tiene otras fuentes no escritas, que incluyen convenciones constitucionales parlamentarias (como se establece en Erskine May) y prerrogativas reales.

Existía cierto debate sobre si este principio seguía siendo plenamente válido hoy en día,[5]​ en parte debido a la pertenencia del mismo Reino Unido a la Unión Europea, sin embargo, con la salida del Reino Unido de la Unión Europea dicho debate resulta estéril.

Este último es la idea de que todas las leyes y acciones gubernamentales se ajusten a ciertos principios fundamentales e inmutables.

[7]​ Hay muchas leyes del Parlamento que a su vez tienen importancia constitucional.

Este poder fue utilizado por última vez durante la Segunda Guerra Mundial para extender la vida útil del parlamento de 1935 en incrementos anuales hasta 1945.

Esta excepción a la doctrina de la derogación tácita era una novedad, aunque el tribunal declaró que permanecía abierto para el Parlamento la posibilidad de derogar expresamente la ley.

[11]​ Es políticamente inconcebible en la actualidad que el Parlamento lo haga, y los abogados constitucionales también han cuestionado si tal paso sería tan sencillo en sus efectos legales como podría parecer.

Dicha moción no requiere aprobación de los Lores, ni sanción real.

"[12]​ El Reino Unido se compone de cuatro países constituyentes diferentes: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

Aunque Escocia, Gales e Irlanda del Norte, a partir de 2001, poseen sus propias legislaturas y ejecutivos, Inglaterra no (ver West Lothian question).

El Reino Unido es una monarquía constitucional: la sucesión al trono británico es hereditaria.

La reina Isabel II nombró a Harold Wilson, líder del Partido Laborista, como primer ministro, ejerciendo su prerrogativa tras una amplia consulta con el Consejo Privado.

Después de varios días de negociaciones, entre los partidos, la reina Isabel II invitó a David Cameron para formar un gobierno por consejo del primer ministro saliente, Gordon Brown.

[16]​ Ningún rechazo de una disolución solicitada ha sucedido desde el comienzo del siglo XX.

El Gobierno a menudo incluye a ministros cuyos cargos son sinecuras (como el Canciller del Ducado de Lancaster) o ministros que no tienen responsabilidades específicas (ministro sin cartera): estas posiciones puedan ser utilizadas por el Primer Ministro como una forma de mecenazgo o de recompensa para funcionarios como el presidente del partido gobernante con un salario del gobierno.

La frase dictadura electiva fue acuñada por el ex Lord canciller Quintin Hogg en 1976 para poner de relieve el enorme poder potencial de gobierno que ofrece la Constitución.

La elección de la comisión puede ser vetada por el Lord canciller (un ministro del gobierno).

Los miembros del Tribunal Supremo podrán ser destituidos de sus cargos por el Parlamento, pero sólo por mala conducta.

Las Leyes del Parlamento son leyes (estatutos) que han recibido la aprobación del Parlamento - es decir, el Soberano, la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes.

Los tratados, en la ratificación, no son automáticamente incorporados a la legislación del Reino Unido.

Los tratados importantes se han incorporado al derecho interno mediante Leyes del Parlamento.

[28]​ Sin embargo, se ha afirmado que si el Parlamento repudiase expresamente sus obligaciones en virtud de tratados de los tribunales estarían obligados a dar cumplimiento a una ley correspondiente: "If the time should come when our Parliament deliberately passes an Act – with the intention of repudiating the Treaty or any provision of it – or intentionally of acting inconsistently with it – and says so in express terms – then... it would be the duty of our courts to follow the statute of our Parliament" (per Lord Denning in Macartys Ltd v Smith [1979] ICR at p. 789)"[29]​Existen sistemas de derecho anglosajón en Irlanda del Norte y en Inglaterra y Gales, pero no en Escocia, que cuenta con un sistema híbrido (véase derecho escocés), que conlleva una gran cantidad de derecho anglosajón.

Las sentencias judiciales también constituyen habitualmente una fuente de la Constitución: en términos generales en derecho inglés, las sentencias de los tribunales superiores constituyen precedentes o jurisprudencia que obligan a los tribunales y jueces inferiores; el derecho escocés no otorga el mismo estatus a los precedentes y las sentencias en un sistema legal que no tiene un efecto directo en los otros sistemas jurídicos.

[30]​ Son sentencias judiciales históricamente importantes las del Case of Proclamations, el caso Ship money y Entick v. Carrington, todos los cuales imponen límites al poder del ejecutivo.

Un precedente constitucional aplicable a las colonias británicas es Campbell v. Hall, que efectivamente extendió estas mismas limitaciones constitucionales a cualquier territorio que se le ha concedido una asamblea representativa.

[32]​ En un artículo, Lord Scarman presenta una argumentación enérgica a favor de una constitución escrita para el Reino Unido, pero todavía se refiere al compromiso de 1688 y las leyes del Parlamento resultantes como una constitución.

[32]​ Una Constitución impondría límites a lo que el Parlamento pudiera hacer sin una mayoría legal.

El Reino Unido se formó como un estado unitario, aunque Escocia e Inglaterra conservaron sistemas jurídicos distintos.

Algunos analistas[38]​ han manisfestado que el Reino Unido es ahora un estado "cuasi-federal": sólo es "cuasi" federal, debido a que (a diferencia de los otros componentes del RU) Inglaterra no tiene poder legislativo propio, y está gobernada directamente desde Westminster (los organismos descentralizados no son soberanos y podrían, al menos en teoría, ser derogados por el Parlamento —a diferencia de las federaciones "verdaderas", como Estados Unidos, donde los estados constituyentes comparten la soberanía con el gobierno federal—).

Uno de varios estantes llenos de libros acerca de la constitución del Reino Unido en una biblioteca de derecho