[2] En una época en que la principal alianza del Rey Carlos contra los comunes era la Cámara Alta, la disposición de ambas cámaras a trabajar juntas marcó un nuevo estadio en la crisis constitucional que conduciría finalmente a la guerra civil inglesa.
Para sobrellevar la guerra en curso, Jaime I de Inglaterra había introducido la ley marcial en grandes áreas del país.
En reinados anteriores esto no había supuesto un problema pero en este caso la poca popularidad del rey Carlos y su falta de apoyos parlamentarios hicieron que esta medida tuviera muy mala acogida en el parlamento y aumentaron sus opositores.
Carlos decidió que su única opción para continuar con la guerra era pedir dinero de nuevo.
Con las Resoluciones rechazadas Carlos presentó una alternativa: estaba dispuesto a aprobar una declaración confirmando la Carta Magna y otros seis estatutos relacionados con las libertades a cambio de que esta declaración incluyera que no habría más ampliaciones de antiguas peticiones.
La mayoría lo rechazaron porque no querían dejar en manos del gobierno el derecho a interpretar la ley después de los casos arbitrarios que se habían cometido durante la guerra.
La cámara de los comunes contestó al Rey diciendo que confiaban en él pero preferían una solución pública.
Fue finalmente Sir Edward Coke quien dio un discurso sugiriendo que ambas cámaras unieran sus esfuerzos y aprobaran las cuatro resoluciones como una petición de derechos.
La Cámara de los Lores puso ciertos reparos pero finalmente aprobó la petición y la presentaron al Rey.
La Petición de Derechos proclama que los ingleses tienen diferentes derechos y libertades y estipula que nadie debe ser obligado a proporcionar un préstamo, hacer un regalo o pagar un impuesto sin un acto del parlamento, que ningún individuo libre debe ser encarcelado o detenido sin pruebas, y que los soldados o miembros de la armada real no pueden ocupar viviendas privadas sin el libre consentimiento de sus propietarios.
Con los Lores dispuestos a colaborar por primera vez con la cámara baja, "la mayor protección de la corona en el parlamento se tambaleaba como nunca antes había sucedido y la crisis constitucional entre los Estuardo y sus parlamentarios había entrado en una nueva etapa".