[1] Durante la segunda mitad del siglo IX, se produjeron algunas incursiones de normandos o vikingos por el territorio de la moderna Bélgica, remontando los ríos en barcos.
En sus incursiones, incendiaban las iglesias y mataban a los monjes.
El 12 de diciembre murió el rey Carlomán en un accidente de cacería y los normandos se consideraron liberados de su compromiso y retomaron los ataques a Francia; cuarenta mil normandos se dirigieron a París donde llegaron en noviembre del año 886.
Tras unos meses de asedio, el rey Carlos III el Gordo compró su retirada por setecientas libras; entonces, volvieron a Lovaina y continuaron devastando la región.
Se casó con Gerberga, hija del duque de Baja Lotaringia, y consiguió el condado de Bruselas, que su mujer le aportó como dote.