Inés de Merania

La misma noche de bodas sintió una aversión inmensa hacia su nueva esposa, motivo por el cual la repudió.

Felipe Augusto intentó, infructuosamente, conseguir la anulación de este matrimonio aduciendo, para ello, la no consumación del mismo, pero el papa Inocencio III no se la concedió.

La anulación del matrimonio con Isambur le fue concedida al rey por una asamblea de obispos más complacientes.

En 1196, preocupado por su precaria sucesión dado que solo tenía un hijo habido en su primer matrimonio con Isabel de Hainaut, contrajo nuevo matrimonio con Inés de Merania.

Frente a la amenaza de excomunión, Felipe Augusto repudió a Inés en 1200 permitiendo que Isambur retornara a la corte en calidad de reina consorte, pero no reanudó su vida conyugal con ella.