Valerán dejó un hijo, Enrique II de Limburgo, quien afirmó los derechos ducales de su padre.
Godofredo no disfrutó de su victoria.
Murió por una enfermedad del hígado dos años después.
Fue enterrado en la iglesia de San Pedro en Lovaina.
Le sucedió su hijo Godofredo III en los dos países y el ducado.