Concierto para violonchelo n.º 1 (Saint-Saëns)

[1]​ Posteriormente, Donald Francis Tovey escribió «Aquí, por una vez, encontramos un concierto para violonchelo en que el instrumento solista demuestra todo su registro sin la menor dificultad en penetrar a la orquesta».

[4]​ Muchos compositores, incluyendo a Shostakóvich y Rajmáninov, consideraron este concierto como el mejor de todos.

El concierto se divide en tres secciones: Allegro non troppo, Allegretto con moto y Tempo primo.

Cuando entra el violonchelo, lo hace sin acompañamiento, justo antes de que la orquesta comience la forma minueto contra la melodía del solista.

Habiéndole dado ímpetu al violonchelo a través de las síncopas, el ritmo adquiere una forma similar a la sarabanda hasta que el violonchelo abandona con una ráfaga de semicorcheas que llevan la armonía lejos del La menor.

Por otro lado, Saint-Saëns trascendió con el cliché romántico de mostrar al instrumento solista como un héroe en conflicto con la orquesta.

Este concierto mantiene al solista en un primer plano tanto musical como dramático, con la orquesta representando un fondo brillante.