En la mañana del 18 de junio la escuadra hasta ese momento compuesta solo por buques brasileros y comandada por Francisco Manuel Barroso da Silva sufriento escasas pérdidas forzó la angostura a la altura de Mercedes en cuya barranca Bruguez había montado 36 cañones ocultos entre la espesura apoyados por 3000 infantes.
El único buque argentino iba en la quinta posición de la línea aliada, inmediatamente después del Amazonas.
Las bajas totales de las fuerzas aliadas sumaron 59 hombres, 21 muertos y 38 heridos, pese a que durante el paso sólo los artilleros permanecieron en cubierta.
Allí, el parte de Barroso hizo específica mención a la actuación del Guardia Nacional:
Esa larga inactividad, que contribuyó en gran medida a prolongar la sangrienta guerra, fue criticada incluso por los mismos brasileros, y en parte obedecía a una concepción de la armada no como una fuerza ofensiva sino como simple auxiliar de las operaciones terrestres.