Clorofila

Las clorofilas (del griego χλωρος, chloros, "verde", y φύλλον, fýlon, "hoja")[1]​ son una familia de pigmentos de color verde que se encuentran en las cianobacterias y en todos aquellos organismos que contienen cloroplastos o membranas tilacoidales en sus células, lo que incluye a las plantas y a las diversas algas.

[2]​ Pelletier introdujo los métodos, basados en la utilización de disolventes suaves, que permitieron por primera vez aislar no solo la clorofila, sino sustancias de gran importancia farmacológica como la cafeína, la colchicina o la quinina.

Comparten una vía biosintética común con las porfirinas, incluido el precursor uroporfirinógeno III.

Los ligandos axiales unidos al centro de Mg2+ se omiten a menudo para mayor claridad.

Las clorofilas aparecen insertas en la membrana, a las que se anclan por la cadena lateral constituida por un resto de fitol, asociadas a proteínas y otros pigmentos, con los que forman los fotosistemas.

La tabla siguiente presenta las diferentes formas de la clorofila y resumen su distribución sistemática.

[5]​ También se encuentran clorofilas en animales que albergan dentro de sus células o entre ellas algas unicelulares (zooclorelas y zooxantelas).

Las bacterias que no son cianobacterias tienen pigmentos muy distintos llamados bacterioclorofilas.

La protoclorofilida, uno de los intermediarios biosintéticos, se presenta principalmente en forma libre y, en condiciones de luz, actúa como fotosensibilizador, formando radicales libres que pueden ser tóxicos para la planta.

Gitelson desarrolló una fórmula para la lectura directa del contenido de clorofila en mg m−2.

Vista microscópica de los cloroplastos, los cuales contienen la clorofila, presentes en una hoja de planta.
Clorofila tipo a.
Absorción de las clorofilas a y b a distintas longitudes de onda. Puede verse que absorben las colores de los extremos del arco iris (hacia el azul y el rojo), pero no el verde, de lo que procede su color.
La clorofila pura tiene un color verde intenso.