De acuerdo con el pentito Antonino Calderone, “los Greco han ejercido el poder en toda Sicilia”.
Según Giovanni Brusca, la familia Greco era muy importante y son los que inclinaban la balanza en todas las guerras internas de la mafia.
[2][4] En 1921, un Greco, que había sufrido un sgarro (una afrenta personal) mató a dos pastores junto con su rebaño de ovejas.
En 1946-47, la sangrienta pelea interna entre las facciones de Ciaculli y Giardini Croceverde llegó a su clímax.
UU., fue un mafioso influyentes tanto en Palermo como en su Villabate natal, y todavía tenía buenas conexiones en los EE.
En ese momento, Profaci estaba en Sicilia, y parece que jugó un papel importante en las negociaciones de paz.
Estuvieron presentes en las reuniones en el hotel delle Palme en octubre de 1957 entre los destacados mafiosos americanos y sicilianos.
Así pues, a principios de 1958 la mafia siciliana formó su primera Comisión.
"Ciaschiteddu" Greco fue nombrado como su primer segretario (secretario), en esencia un "primus inter pares".
Ello llevó a que aparecieran los primeros indicios de lucha contra la mafia por parte del Estado.
La Comisión fue disuelta y muchos de los mafiosos que habían escapado del arresto huyeron al extranjero.
El control sobre el tráfico cayó en manos de un pocos fugitivos: los primos Greco, Pietro Davì, Tommaso Buscetta y Gaetano Badalamenti.
"Ciaschiteddu" Greco se trasladó a Venezuela, y el paradero de "El Ingeniero" eran completamente desconocido.
Fue el baluarte de los políticos democratacristianos como Giovanni Gioia, Vito Ciancimino y Giuseppe Insalaco.
Poco a poco, Michele Greco se puso del lado de los corleoneses y, según algunos, no era más que un "títere" del jefe corleonés Totò Riina.
Los corleoneses diezmaron a sus adversarios, cuando el conflicto latente se extendió en una guerra sin cuartel tras la muerte de Stefano Bontate en 1981.
Según Tommaso Buscetta Michele Greco sólo asentía con la cabeza y estaba de acuerdo con prácticamente todo lo que Riina decía durante las reuniones entre los jefes de varias familias mafiosas.
Fue asesinado por orden de Riina, pues pensaba que Greco se estaba haciendo demasiado ambicioso.
Al parecer Riina fue alertado por algunos jóvenes mafiosos que veían a Greco como un potencial líder.
Greco dio testimonio en el juicio y para ilustrar su posición como un ciudadano honesto, supuestamente, se jactaba de todas las personas ilustres que había conocido en su gran finca, entre ellos un exfiscal y jefes de policía.