Fue enviado un hombre de honor, Calcedonio Di Pisa, a controlar que fuera expedida sin problemas hacia Nueva York a bordo del transatlántico Saturnia.
Según las declaraciones vertidas en 1984 por el pentito Tommaso Buscetta, Di Pisa fue asesinado por orden del capo Michele Cavataio para hacer recaer la culpa sobre Angelo La Barbera y desencadenar de esta manera una guerra entre familias.
Poco tiempo después del atentado, La Barbera sería arrestado en un hospital milanés y acabaría definitivamente en la cárcel.
Su sitio fue tomado por Pietro Torretta y por Michele Cavataio, que ordenaron cuatro homicidios en junio de 1963 contra exponentes del clan de los Greco.
Los arrestados y responsables de los fallecidos de la guerra mafiosa fueron juzgados en un proceso desarrollado en Catanzaro en 1968 (el famoso "processo dei 114"): condenado a 27 años de cárcel, Pietro Torretta fue apartado de los negocios mafiosos para siempre (morirá de muerte natural en 1975) mientras los otros imputados fueron absueltos o condenados a penas menores.