Tommaso Buscetta

Esta actividad lo hizo muy famoso en Palermo, donde a pesar de su corta edad lo apodaron Don Masino.

[6]​ Posteriormente trasladado a una prisión en Piamonte, logró escapar cuando se le concedió la libertad condicional.

Entre 1982 y 1984, por orden del jefe Corleonesi Totò Riina, sus dos hijos desaparecieron para siempre (lupara bianca).

Intentó suicidarse y, al no tener éxito, decidió que estaba muy desilusionado de la mafia.

Concedió algunas entrevistas a periodistas, aunque su cara siempre era desdibujada al aparecer en documentales.

Buscetta se casó tres veces y tuvo seis hijos, y durante una época la mafia lo suspendió por haber dejado a su primera esposa; el adulterio era evidentemente un crimen mayor que el asesinato a los ojos de sus compañeros gánsteres.

Originalmente negó haber matado a nadie aunque posteriormente en una entrevista televisiva admitió que era un asesino.

"Salvo Lima era, en efecto, el político al que la Cosa Nostra recurría más a menudo para resolver problemas de la organización cuya solución se encontraba en Roma", testificó Buscetta.

[10]​ En el tribunal, Buscetta también explicó con gran detalle los intercambios que vinculaban los políticos y la mafia.

La película El traidor, de Marco Bellocchio, está dedicada a su historia como arrepentido.