Comisión (mafia siciliana)

La Comisión no es un gobierno central, sino un mecanismo de representación para la consulta entre familias mafiosas independientes que deciden por consenso.

Las bases para este Macrojuicio se dieron en la fase de investigación preliminar por el Pool Antimafia de Palermo, creado por el juez Rocco Chinnici en el que los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino trabajaron con éxito.

La visión de Carnevale prevaleció en la apelación del Maxi Proceso, pero el teorema sería confirmado por la sentencia definitiva del Tribunal Supremo en enero de 1992 (Carnevale no presidió el tribunal que dictó dicha sentencia).

Mientras tanto, el Pool Antimafia de Palermo fue desmantelado y el juez Rocco Chinnici había sido asesinado en 1983.

La mafia había contado con los políticos Salvo Lima y el primer ministro Giulio Andreotti para que Corrado Carnevale revisase las sentencias.

Así pues, a principios de 1958 la mafia siciliana formó su primera Comisión.

[3]​ Antes de ese momento las familias mafiosas no estaban conectadas por ninguna estructura colectiva.

Según el juez Cesare Terranova "eran un mosaico de pequeñas repúblicas con sus fronteras definidas desde tiempos lejanos.

En segundo lugar, a la Comisión se le encomendó la regulación del uso de la violencia.

Tenía autoridad exclusiva para ordenar el asesinato de los funcionarios policiales, fiscales y jueces, políticos, periodistas y abogados, ya que estos asesinatos podrían provocar represalias estatales.

Solo cuando Totò Riina, Bernardo Provenzano y los Corleonesi impusieron sus normas, la Comisión se convirtió en un órgano de dirección centralizado.

Según Buscetta la primera Comisión estaba compuesta por "no muchos más de diez" y su número era variable.

En lugar de resolver el desacuerdo, la Comisión se convirtió en parte del conflicto interno.

Ello llevó a que aparecieran los primeros indicios de lucha contra la mafia por parte del Estado.

La Comisión fue disuelta y muchos de los mafiosos que habían escapado del arresto huyeron al extranjero.

Bajo estas circunstancias, la Comisión fue restablecida en 1970, y estaría integrada por diez miembros, pero inicialmente fue dirigida por un triunvirato formado por Gaetano Badalamenti, Stefano Bontate y el jefe corleonés Luciano Leggio, a pesar de que fue Salvatore Riina, quien en realidad representaba a los corleonesi, sustituyendo a Leggio, que se encontraba huido hasta su arresto en 1974.

Sus rivales se vieron desbordados y perdieron todo poder de contraataque.

Junto con la violencia, los corleoneses también impusieron astutamente su supremacía explotando una competencia que ofrecía la Comisión: el poder de inhabilitar a los líderes de las familias y elegir en su nombre a un reggente, un jefe temporal.

El fiel aliado de Bontate, Salvatore Inzerillo, fue asesinado tres semanas después con el mismo kalashnikov.

Las ejecuciones no finalizaron aun cuando los rivales de los Corleonesi habían sido derrotados.

El que pudiera desafiar a Riina o quien ya no le resultara útil era eliminado.

Según Buscetta: "Con el poder adquirido por los corleoneses y sus aliados, la Comisión ya sólo tenía un valor puramente formal … las decisiones se tomaban antes … y la Comisión no era más que el fiel ejecutor de sus órdenes.

En 1992 la Comisión que había decidido asesinar al político y mano derecha del primer ministro Giulio Andreotti, Salvo Lima, y a los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino estaba compuesta por:[7]​[19]​ Provenzano propuso una estrategia más pacífica en lugar de la antigua estrategia terrorista de 1993 contra el Estado para conseguir que diese marcha atrás en su ofensiva contra la mafia después de los asesinatos de los fiscales antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.

Las nuevas directrices de Provenzano fueron la paciencia, la convivencia con las instituciones del Estado y la infiltración sistemática en las finanzas públicas.

Los jefes encarcelados están sujetos a un duro control y totalmente aislados el mundo exterior, cosa que limita su capacidad de ordenar operaciones bajo el artículo 41-bis.

"Estamos cansados de ser explotados, humillados, acosados y utilizados como mercancía por los partidos políticos" dijo.

Riina y Bagarella se sintieron traicionados por sus aliados políticos en Roma, quienes les habían prometido ayudarlos promulgando leyes para suavizar las condiciones carcelarias y reducir las condenas de sus miembros encarcelados a cambio del apoyo de la Mafia en las urnas.

Provenzano "estableció una especie de directorio de cuatro a siete personas que se reunían con muy poca frecuencia, solo cuando era necesario, cuando había solo decisiones estratégicas que tomar.

[28]​[29]​ El objetivo, como revelaron las escuchas intervenidas a mafiosos, era "restablecer Cosa Nostra" al viejo estilo, con un solo omnipotente jefe, un "capo di capi".

La policía temía el estallido de una nueva guerra mafiosa y decidió intervenir.