Después fue secretario de la Congregación para la Educación Católica y Universidades Pontificias.
Durante la difícil época en que el bandido Salvatore Giuliano sembraba el terror en la isla, acudió varias veces en su busca con ánimo de hacerle desistir de sus impulsos criminales.
Se le consideraba "papable" en los dos cónclaves que precedieron a la elección de los dos últimos pontífices.
Murió de un ataque al corazón en Palermo, a los 79 años.
Está sepultado en el santuario de la Madonna dei Rimedi en Palermo.