Cisterna Basílica

La Cisterna Basílica (en turco: Yerebatan Sarayı, lit. 'Palacio Sumergido', o Yerebatan Sarnıcı, 'Cisterna Sumergida') es la más grande de las 60 antiguas cisternas construidas bajo la ciudad de Estambul (antiguamente Bizancio y Constantinopla) en Turquía durante la época bizantina.

Se construyó en pocos meses, en el año 532, durante el reinado del emperador bizantino Justiniano I.

[4]​ Entre los años 1985 y 1987 se limpia (se sacaron 50 000 toneladas de barro) y restaura preparándola para la visita turística dotándola de una serie de pasarelas casi al nivel del agua (que se mantiene bajo) para que los visitantes puedan pasearse por la totalidad del monumento y acceder a las columnas en cuya base están esculpidas las Medusas.

[6]​ Bajo el Imperio otomano se realizaron dos restauraciones, una en 1723 bajo el mandato de Ahmed III y fue realizada por el arquitecto imperial Mehmet Aga de Cesárea y la otra en el siglo XIX bajo el sultán Abdul Hamid II.

Aparece localizada a una distancia considerable del consulado soviético (ahora ruso), que se encuentra en Beyoğlu, en la "nueva" zona europea de Estambul, en la otra parte del Cuerno de Oro.

El escritor estadounidense Dan Brown sitúa el dramático final de su novela Inferno en este lugar.

El pilar con la segunda cabeza de Medusa.
Las esculturas dentro de la cisterna