[13] Eurípides, en su tragedia Ion, dice que la Gorgona fue engendrada por la Tierra para ser un aliada de sus hijos los gigantes en su guerra contra los dioses olímpicos.
Cubriendo los huesos restantes de la cabra con una piel, les dio vida y los conmemoró, representándolos con estrellas.
Y para que el hecho no quedara impune, cambió los cabellos gorgóneos en feas serpientes».
[18]Pero recordemos que el poeta romano Ovidio,[17] fue desterrado de Atenas y reescribió mitos a su placer.
[19] Jane Ellen Harrison argumenta que «su potencia sólo comienza cuando su cabeza es cortada, y aquella potencia reside en la cabeza; es en una palabra una máscara con un cuerpo más tarde añadido... la base del Gorgoneion es un objeto de culto, una máscara ritual incomprendida».
Aunque algunas referencias clásicas aluden a las tres gorgonas, Harrison considera que la multiplicación de Medusa en un trío de hermanas era un rasgo secundario del mito: Entonces le dio la cabeza a Atenea, quien la colocó en su escudo, la égida.
Habría muerto de noche durante una campaña contra Perseo, un príncipe del Peloponeso.
Así que, volando hacia las Gorgonas y encontrándolas dormidas, decapitó a Medusa mientras se miraba en el espejo, no a ella, pues se habría convertido en piedra si la hubiera visto.
Sus hermanas soltaron un gran lamento por sus muchas serpientes, emitiendo un siseo, del que Atenea, según Píndaro, la llamada ley policéfala de los aulós.
[28] El escritor y erudito británico Robert Graves, en su obra titulada Los mitos griegos (Vol.
[33] Desde tiempos antiguos, Medusa y las gorgonas fueron inmortalizadas en numerosas obras de arte, tanto en escultura como en pinturas realizadas en vasos.
En la época arcaica era común representar a estos seres con apariencia monstruosa, serpientes en los cabellos, aladas, y sacando la lengua.
[34] Se han conservado algunos ejemplos destacados en los museos de Siracusa, Louvre o Corfú.