[2] El cerro Blanco nació como parte del macizo rocoso que desciende desde la cordillera de los Andes y que conforma una pequeña cadena, cuyo principal exponente es el cercano cerro San Cristóbal.
[1] Existe el llamado sitio Cerro Blanco, que podría atribuirse a la tradición cultural Bato.
[3][4][1] Los pueblos indígenas utilizaron el cerro como un importante centro de reunión.
Las tribus picunches instalaron un centro ceremonial y dejaron registro a través de las llamadas «piedras tacitas»,[2] hendiduras en grandes rocas (con forma similar a una taza) en las que los indígenas molían semillas de peumo.
Sin embargo, su nombre original sagrado y ceremonial era Apu Wechuraba, donde apu es una palabra quechua que significa 'montaña sagrada' y Wechuraba, el reconocido curaca de los pueblos picunches que habitaban la cuenca, demostrando la integración entre las lenguas de ambas culturas indígenas.
Esta iglesia fue construida en 1834 en la técnica colonial, de adobe, pero corresponde a la época republicana.
Sin embargo, las personas que se adhieren a este centro cultural siguen realizando actividades en los espacios mencionados y aún no se realiza el cambio de administración.
En 2014, la Municipalidad de Recoleta participó en un concurso organizado por la Intendencia Metropolitana de Santiago, junto, en ese entonces, al excomodatario, cuyo premio era crear un nuevo espacio urbano en un lugar considerado patrimonial.
[7] En contraste con este abandono físico, en la última década diversos grupos y personas están redescubriendo este cerro, específicamente las piedras tacitas de su ladera norte, y agrupaciones indígenas se han reunido en la zona para festividades.