Recibió el mismo nombre que su padre, otro distinguido orador que fue pretor en el año 121 a. C., y padre de otro brillante orador, Cayo Escribonio Curión, que fue tribuno de la plebe.
En el 82 a. C. fue pretor y algunos años más tarde, en 76 a. C., fue elegido cónsul junto a Cneo Octavio.
Por estas acciones se le galardonó con un triunfo a su regreso a Roma en el 71 a. C. Fue un gran amigo de Cicerón y le apoyó durante la conjura de Catilina (63 a. C.).
Cicerón habló en contra de Clodio y Curión, aunque esto no interfirió en su amistad.
Se convirtió en un oponente de Julio César, y escribió contra él.