En 2015 la catedral fue incluida como uno de los 21 elementos inscritos a título individual (n.º ref.
Sabemos que este obispo, a quien evoca un acróstico medieval en una piedra colocada Hispania sobre la puerta interior oriental de acceso al templo, llevó a cabo la restauración del edificio entonces preexistente.
En el primer tercio del siglo XII el edificio se hallaba en unas condiciones tales que obligaron al obispo Pedro III con su cabildo y otras personas notables de la ciudad a concertar en 1129 con el maestro Raimundo la construcción de un nuevo templo conforme al estilo arquitectónico entonces imperante, el Románico.
La catedral actual es, por tanto, de estilo predominantemente románico; su construcción se inició en 1129 y finalizó en 1273.
Este hecho hace que se denomine a Lugo como la ciudad del Sacramento.
La catedral presenta una planta de cruz latina con tres naves, crucero y girola con cinco capillas absidales.
Son románicos los paramentos verticales y bóveda de la nave del crucero, lo mismo que la mayor parte de la nave mayor, laterales y triforio, cuyas bóvedas fueron rehechas en el siglo XVIII.
La fachada principal, por su parte, corresponde a un proyecto en estilo neoclasicista de finales del siglo XVIII, cuyo autor fue Julián Sánchez Bort.
Un precioso dístico hexamétrico en latín, en las tres caras visibles del ábaco, describe la escena representada: la Eucaristía original, con san Juan Evangelista al lado de Cristo: DISCIPVLVS DOMINI PLACIDE DANS / MEMBRA QVIETI DVM CIBAT IN CENA / CELESTIA VIDIT AM(I)ENA ("El discípulo del Señor, plácidamente, dando sus miembros al reposo, alimentado, en la Cena, vio celestiales maravillas").
La palabra QVIETI se corresponde con el rostro plácido de san Juan dormido.
La palabra DOMINI, "del Señor", abreviada DÑI, está escrita con un solo signo D en que se inscriben los caracteres ÑI.
Algunos entendidos la sitúan cronológicamente en el siglo XII, aunque otros postergan su factura al XV.
En la cabecera hay un sepulcro, conocido como de Santa Froila (madre de San Froilán); la tumba es del siglo IX y el sepulcro del XII, pero no se sabe si el destinatario es Santa Froila o el Obispo Odoario.