Pedro de Ribera

Su actividad se desarrolló casi exclusivamente en Madrid durante la primera mitad del siglo XVIII.

Fue nombrado, entre los años 1718 y 1719, teniente del citado Ardemans, que era entonces maestro mayor de las obras y fuentes de Madrid, sucediéndolo en el cargo a su muerte.

Supo introducir Ribera en su lenguaje arquitectónico novedosos elementos que singularizan su estilo.

Asimismo es importante el partido que supo sacar Ribera de la cúpula y sus posibilidades decorativas.

Muchas de sus cúpulas adquieren formas bulbosas, extrañas a la arquitectura tradicional castellana.

Edificio de su propiedad de la calle de Embajadores en el que tuvo su residencia.
Tumba de Pedro de Ribera en la iglesia de san Cayetano