Su actividad se desarrolló casi exclusivamente en Madrid durante la primera mitad del siglo XVIII.
Fue nombrado, entre los años 1718 y 1719, teniente del citado Ardemans, que era entonces maestro mayor de las obras y fuentes de Madrid, sucediéndolo en el cargo a su muerte.
Supo introducir Ribera en su lenguaje arquitectónico novedosos elementos que singularizan su estilo.
Asimismo es importante el partido que supo sacar Ribera de la cúpula y sus posibilidades decorativas.
Muchas de sus cúpulas adquieren formas bulbosas, extrañas a la arquitectura tradicional castellana.