La ermita tuvo su origen en la imagen tallada de la Virgen del Puerto existente en su interior.
[3] Las obras estaban completas en 1718, ya que el 7 de septiembre se solicitó permiso para trasladar la imagen desde el Colegio Imperial hasta su nueva sede.
El arquitecto Juan Durán hizo ampliaciones a la ermita incluyendo nuevas dependencias al edificio.
En el año 1936 la ermita fue asaltada por grupos anticlericales y se perdieron los retablos originales.
Los chapiteles de pizarra quedaron agujereados por el bombardeo artillero; los paramentos exteriores derribados.
La talla de la virgen quedó destrozada y la nueva se encargó al escultor Víctor González Gil.
En esta restauración se volvieron a poner las pizarras en su cubierta, retirando las planchas de cinc que había desde 1789.
Entrado el siglo XXI el conjunto del paseo y la ermita se incluyeron en el entorno de Madrid Río.
La veneración popular por la Virgen del Puerto hizo que a comienzos de septiembre se creara una romería.
Estos puestos abastecían a los romeros que aprovechaban los sotos, y los prados para celebrar.