Puente de Toledo

Sin embargo, una crecida del río lo destruyó poco después, obligando a proyectar uno nuevo en 1671.No obstante, la autopista discurría paralela a ambos lados del río pasando bajo los arcos del puente y dejó marcado tanto su entorno como el de todo el río Manzanares.El puente, con un diseño barroco, se compone de una parte central formada por nueve arcos de medio punto con sólidos contrafuertes y tambores que se rematan en balconcillos.[8]​ En cada extremo del tablero se extienden sendas rampas que enlazan con cada una de las orillas.Llamativos son también los obeliscos que incluyó en el siglo XIX el arquitecto Francisco Javier de Mariategui en el extremo norte, así como las dos fuentes que diseñó Ribera en la parte más cercana al centro de la ciudad.
Noria del molino del Puente de Toledo en una acuarela de David Roberts [ nota 1 ]
Vista en detalle de uno de los arcos del puente. Puede apreciarse, a la derecha, un pilar cilíndrico, que se alza sobre un tajamar de forma piramidal.
Rampa arbolada de la glorieta del Marqués de Vadillo, que da acceso al tablero del puente.
Vista nocturna en el siglo XXI
Vista general