Aunque nació en Sevilla, Álvarez del Manzano vive en Madrid desde los tres años.A pesar de que la UCD fue el partido más votado, no pudo formar gobierno debido a un pacto entre PSOE y PCE que propició la investidura de Enrique Tierno Galván.[5] Si bien el CDS había obtenido menos escaños que AP, el acuerdo implicaba que Sahagún sería el alcalde de Madrid y Álvarez del Manzano asumiría como teniente de alcalde.[9][11] Llegó incluso a plantear un proyecto de autopista subterránea, aunque fue descartado por inviable.[9][14][15] En el plano económico, hizo recortes presupuestarios con el objetivo de sanear las cuentas públicas.[19] La gestión de Álvarez del Manzano estuvo marcada por las controversias entre su propio equipo, en particular con Ángel Matanzo, concejal del distrito Centro y uno de sus ediles más polémicos, a quien terminó relegando en 1993 por haber intentado cerrar el teatro Alfil sin autorización.[29] Otra medida importante a nivel urbanístico fue la rehabilitación de barrios degradados como Lavapiés, del que llegaron a restaurarse 4000 viviendas en su primera fase, y del centro histórico.Aunque Álvarez del Manzano planeó construir allí una nueva zona residencial, el proyecto no se llevó a cabo por las discrepancias entre administraciones sobre el uso de los terrenos.[23] Sin embargo, dos años después le condonaron la deuda a instancias del teniente de alcalde, Luis María Huete.[23] La Fiscalía Anticorrupción se querelló contra seis altos cargos del PP madrileño,[40] pero solo Huete fue condenado por prevaricación.[46] Según los estatutos del organismo, este cargo corresponde por defecto al alcalde de Madrid.[46][48] Tras su marcha se desveló que había percibido un salario bruto de 120 000 euros al año desde 2003 hasta su destitución, si bien cargos directivos como los de Luis Eduardo Cortés (presidente del comité ejecutivo) y Fermín Lucas (director general) llegaron incluso a cobrar el doble.[47] Ante las críticas suscitadas, Álvarez del Manzano se justificó asegurando que «5000 euros netos al mes» eran «un sueldo razonable» para un directivo.