En agradecimiento a sus servicios durante la guerra de Sucesión, el rey Felipe V le concedió el marquesado de Vadillo en 1712.
Su infancia y juventud transcurrió en Soria, junto con su padre.
Se mantuvo en el cargo hasta los últimos meses de 1696.
[10] Allí se desarrolló su devoción por la Virgen del Puerto, patrona de Plasencia,[10] que mantendría con posterioridad al abandono del corregimiento placentino.
[14] Al producirse la entronización de la nueva dinastía borbónica, Salcedo se mostró fiel al nuevo rey, para lo que acudió a Vitoria en enero de 1701 para recibir a Felipe V.
Finalizado el trienio fue nombrado corregidor de Jaén.
[15] Su paso por Jaén fue fugaz, puesto que, nombrado en abril de 1701, fue enviado como corregidor a Córdoba en julio.
En la explanada situada entre el Manzanares y el Campo del Moro, hizo construir, también a sus expensas, en honor a la patrona de Plasencia, la ermita de la Virgen del Puerto,[26] de cuya ejecución se encargó Ribera.
Fue enterrado en la ermita de la Virgen del Puerto, que él había fundado.