Cataluña napoleónica

El 13 de febrero unos 5000 hombres y 1800 caballos entraban en Barcelona, siendo bien recibidos tal como se había ordenado desde Madrid.Como ha señalado Josep Fontana, la situación en las semanas siguientes, de marzo a junio, «fue extraña y difícil: unas tropas teóricamente aliadas, mantenidas por el Ayuntamiento, ocupaban los puntos fuertes de Barcelona, mientras el capitán general daba órdenes por tal de calmar la agitación popular contra estos visitantes que se convertían en claramente ocupantes».El 2 de junio se constituía en Lérida la primera autoridad «insurrecta», encabezada por el obispo y denominada Junta de Gobierno y Defensa, pero nacida de la presión popular que exigía a las autoridades que declararan si querían «seguir lo partit español, com lo mateix poble ho reclamaba» (‘seguir al partido español, como el mismo pueblo lo reclamaba’).[7]​ Los partidarios de esta, muy escasos en Cataluña, serían conocidos como «afrancesados» ―los más destacados fueron Tomàs Puig y José Garriga Buach―.[8]​ Como ha señalado Fontana, «los incidentes de los primeros momentos se habían transformado ya en una guerra a gran escala».[…] Estos hombres ganaron una triste fama por la práctica frecuente de robos, violaciones y asesinatos»―.Entró en territorio catalán vía Perpiñán, ya que entonces no había comunicación directa con Madrid, y se estableció en Figueras, pero no pudo extender su precaria autoridad más allá del Ampurdán ya que no obtuvo la colaboración de las autoridades militares francesas, que se contentaban con organizar mero actos protocolarios de juramento al rey José I.En una carta anterior Napoleón ya había manifestado a su mayor general para el ejército de España, Berthier, su malestar por los enormes gastos que le estaba causando la guerra.[24]​ Durante el tiempo que estuvo en el cargo ―de mayo de 1810 a octubre de 1811―, Macdonald se preocupó sobre todo «por la guerra y por los abastecimientos, y la política hacia la Cataluña ocupada, la orientó hacia un afrancesamiento progresivo, que facilitara la anexión.[25]​ El establecimiento de los gobiernos militares en las «provincias» a la izquierda del Ebro causó una honda conmoción entre los partidarios de José I y en el propio rey porque, como ha subrayado Manuel Moreno Alonso, «invalidaba por completo los argumentos que el rey empleaba para atraer a su bando a los naturales de la Península».[26]​ Miguel José de Azanza, ministro del gobierno de José I, le dijo al embajador francés en Madrid, conde de La Forest, que si el decreto se cumplía «será imposible ya en España cualquier ordenación, bien sea económica o política, quedando el rey José completamente inútil para su pueblo, y anula por entero su autoridad».Resistió heroicamente durante varios meses hasta caer a finales de junio.[36]​ Sin embargo, solo el departamento del Ter se llegó a organizar de forma efectiva.[25]​ Según Juan Mercader Riba, «más que una ampliación de su prestigio, lo que se proponía Napoleón en Cataluña era obtener una plataforma defensiva para el Imperio, para las fronteras mismas de Francia».S. M. el Emperador ha creído útil para los intereses del país cambiar la forma de su administración; [ahora] es más sencilla y se concilia mejor con el ejercicio regular de las autoridades».
El gran día de Gerona por Ramón Martí Alsina (1863-1864). Cuadro de enormes dimensiones que representa un episodio del Sitio de Gerona en el que los defensores de la ciudad (a la izquierda) con el general Mariano Álvarez de Castro al frente (en el centro) logran hacer retroceder a las tropas francesas (a la derecha). Era el 19 de septiembre de 1809, "el gran día de Gerona". La ciudad logró resistir tres meses más hasta que capituló el 10 de diciembre.
El general Guillaume Philibert Duhesme entró en Cataluña el 9 de febrero de 1808 al frente de las primeras tropas francesas que la ocuparon bajo la cobertura del Tratado de Fontainebleau firmado en noviembre de 1807 por los representantes del rey Carlos IV de España y el emperador de los franceses Napoleón Bonaparte .
Retrato del mariscal Augereau por Robert Lefevre (1805). Augereau fue nombrado por Napoleón gobernador de Cataluña. Durante su breve mandato el catalán fue la lengua oficial junto con el francés, en detrimento del castellano.
Retrato del mariscal Étienne Jacques Joseph Macdonald , por Antoine Jean Gros (1817). Sustituyó a Augereau al frente del Gobierno General de Cataluña y puso fin a su política de «catalanización».
División administrativa de Cataluña en departamentos bajo el Imperio napoleónico .
El general francés Pierre-Joseph Habert , que estuvo al mando de la guarnición francesa de Barcelona tras el repliegue hacia Francia del ejército del mariscal Suchet .