Catalina Dolgorúkov

Catalina vio por primera vez a Alejandro II cuando ella tenía doce años durante una visita del soberano a la hacienda de su padre el príncipe Miguel Dolgorúkov.Catalina y el zar disfrutaban en mutua compañía, pero ella no quería ser una más en su historial de amantes.Según contó la propia princesa en sus memorias, aquella noche el Zar le dijo: “Ya eres mi esposa secreta.La pareja mantuvo una extensa correspondencia diaria (a veces se escribían varias veces al día) de la que ha quedado constancia, siendo publicadas en 2007 (Harding, Luke, "From Russia with lust: Tsar's erotic letters to young mistress auctioned").La madre quedó recuperándose junto al zar y el bebé fue trasladado a casa de Catalina, muriendo a causa del enfriamiento contraído en el traslado, unas semanas más tarde.A Catalina le concedió el título de Princesa Yúrievskaya y legitimó a sus hijos, aunque, por ser fruto de una unión morganática, no tenían ningún derecho al trono.El Gran Duque Alejandro Mijáilovich Románov (sobrino de Alejandro II) escribió en sus memorias que el zar se comportaba con Catalina como un adolescente, que la pareja se profesaba una adoración mutua y que la familia imperial no soportaba oír a Catalina llamar a su esposo por el diminutivo familiar “Sasha”.Durante los funerales Catalina y sus tres hijos se vieron obligados a permanecer en la entrada de la iglesia y se les negó un lugar en la comitiva de la familia imperial.Finalmente Catalina se instala entre París y la Costa Azul, convirtiéndose en una abanderada de la moda.Tenía a su servicio veinte empleados y poseía un vagón de tren privado.La historia de la Princesa Catalina Dolgorúkova ha sido llevada al cine en dos ocasiones:
El zar Alejandro II y la princesa Catalina Dolgorúkova y sus hijos Jorge y Olga.
La princesa Catalina Dolgorúkova en su adolescencia.
Alejandro II en su lecho de muerte en 1881.
Hijos de Alejandro II y Catalina Dolgorúkov.