Catafracto

El catafracto (del latín cataphractus, y este del griego κατάφρακτος, katáphraktos, de κατά ‘totalmente’ y φρακτός ‘cubierto, protegido’) era una unidad de caballería pesada en la que tanto el jinete como el caballo portaban armadura.[1]​ Si bien es cierto que su poder de choque era más que significativo y su invulnerabilidad casi total, adolecía de defectos notorios: tanto el jinete como el caballo se cansaban pronto, se movían más lentamente que otras caballerías y eran poco aptos para una lucha prolongada en el desierto.Los catafractos, que cargaban en formación más ordenada, podían efectuar ataques envolventes, por el flanco, cargas frontales e incluso hostigamiento, ya que en ciertos periodos se les dotó de armas ligeras (arcos y dardos).Sin embargo, su fuerza no estaba solamente en el impacto de la carga: dadas sus protecciones pesadas, era prácticamente la única caballería de la historia que podía mantener combate cerrado con la infantería durante un tiempo prolongado.Durante siglos fueron en la Europa Oriental lo que habían sido antes los legionarios romanos: soldados profesionales y fiables, reclutados en su mayoría de Asia Menor.
Un catrafacto parto luchando contra un león. Museo Británico .
Representación moderna de un catafracto sasánida.