Castillo de Arrifana

[1]​ La zona de Ponta da Atalaia fue elegida principalmente por razones de importancia estratégica, ya que permitía, en días despejados, vigilar la franja costera desde el cabo San Vicente hasta el cabo Sardão, en el Alentejo.

Se dice que son los restos de la residencia de Abu Alcacim Amade ibne Huceine ibne Cassi, príncipe independiente del primer reino del Algarve, que abandonó la capital, Silves, para dedicarse a la contemplación y a la escritura.

La ocupación estratégica de la región por los musulmanes estuvo determinada por la oferta de condiciones naturales esenciales para la supervivencia como agua potable, tierras agrícolas fértiles y productos pesqueros.

[4]​ Desde entonces, el yacimiento arqueológico ha sido visitado por ciudadanos de varias naciones islámicas, incluidos diplomáticos y príncipes.

[1]​ Fue el primer resto arqueológico en tener esa categoría en el municipio de Aljezur.

[4]​ Así, contaba con varios edificios religiosos, como una mezquita, y otros que tenían funciones más militares, como un establo.

[6]​ El complejo estaba organizado de forma jerárquica, para corresponder a varios niveles de funcionalidad y simbolismo,[1]​ habiéndose identificado cuatro grandes áreas, con funciones diferentes, adaptadas a la situación del terreno donde se encontraban.

[8]​ La entrada al Ribat se realizaba por el lado sureste,[1]​ donde había varios edificios, entre ellos dos[7]​ o tres mezquitas, y fue quizás en esta zona donde se realizó la introducción a los principios sufíes.

[2]​ Adyacente a la necrópolis había una zona, identificada como sector 4, que estaba separada por un muro, y donde se encontraba una escuela coránica o madrasa, que tenía un gran patio y varias celdas adosadas en dirección sureste.

[7]​ En el lado occidental, donde la península se estrechaba, existía otra zona propia, clasificada como sector 1, que probablemente sería la parte más activa dentro del ribat, y que serviría como punto de control en el acceso al promontorio de Atalaia.

[7]​ También se identificaron varios edificios rectangulares, dos de ellos de mayores dimensiones,[1]​ con patios y divididos en varios compartimentos, que sin duda habrían sido viviendas.

[6]​ Originalmente empleado en la aduana de esa localidad, decidió dedicarse profundamente a la religión, e ingresó en una zauia o azóia (ermita islámica) en Arrifana, para iniciar una vida de meditación y recogimiento, y ofreció la mitad de sus bienes a los más pobres.

[6]​ Se autoafirmó como mahdi',[1]​ y creó un nuevo grupo político religioso, conocido como el movimiento de los Muridíes.

[7]​ Ribat alcanzó gran importancia aún durante la dominación árabe, habiendo sido mencionada por varios historiadores y geógrafos de la época, entre ellos Ibn al-Abbār, que mencionó que Ibn Qasi se había retirado al monasterio de Arrifana, situado en la costa marítima, y Yaqût, que en el siglo XIII describió la zona de al-Rihana (Arrifana) como situada en la franja costera al norte del cabo Algarve, más tarde conocido como cabo de San Vicente.

[2]​ Otra figura importante que se refirió a Ibn Qasī fue Alexandre Herculano, que lo identificó como aliado del primer monarca portugués, Alfonso I de Portugal.

[6]​ En 1151, Ibn Qasi intentó una alianza con el primer monarca portugués, Alfonso I de Portugal, contra Abd al-Mumin, señor del Gharb al-Ândalus', aunque fracasó debido al asesinato de Ibn Qasi ese mismo año en Silves.

[10]​ Debido a la muerte de Ibn Qasi, el ribat fue abandonado solo unos años después.

[4]​ En 2012 se descubrió la lápida de una tumba con el nombre de Ibrāhīm bn Sulaymān bn Hayyān, fallecido en 1148, que pudo ser un peregrino o un monje que murió en el lugar, o un guerrero que habría perecido en batalla y luego trasladado a Arrifana.

[13]​ Durante la investigación, se encontraron varias tumbas, cuatro de las cuales aún contenían restos osteológicos, lo que permitiría realizar estudios bioantropológicos y relacionados con los rituales.

[5]​ En ese momento, la fundación Aga Khan mostró interés en realizar un acuerdo con el gobierno portugués, con el fin de continuar la investigación arqueológica en Ribat, y construir un centro de interpretación.

[5]​ En agosto de 2018, el historiador marroquí Ahmed Tahiri presentó su libro Aljezur y la Ribāt al-Rayhâna en la historia del Gharb al-Andalus en el Consejo Parroquial de Aljezur.

[12]​ En ese año, los terrenos donde se ubicaba el Ribat aún eran de propiedad privada, lo que impedía realizar estudios más rigurosos y poner en valor el conjunto.

Sector I de las ruinas de Ribat en 2020
Ruinas del Puesto de Vigilancia Fiscal, junto a los restos del Ribat
Sector 4 de las ruinas, en 2020
Ruinas de la Mezquita, en el sector III
Detalle de un Mihrab , en el sector III de las ruinas
Restos de una muralla junto a las ruinas del Ribat
Golfo al suroeste del Ribat de Arrifana