Tras la primera guerra civil castellana, en la segunda mitad del siglo XIV, el único miembro del linaje que sobrevivió fue Isabel de la Cerda y Pérez de Guzmán.
Los actuales duques ya no son grandes propietarios, como resultado de las ventas masivas a lo largo de los años 1970 y 1980.
Los duques de Medinaceli poseían un privilegio único por el cual frente a su escudo no se podía oponer otro.
Esta es la razón por la que el palacio de los duques de Villahermosa en Madrid (actual Museo Thyssen-Bornemisza), tiene la fachada principal en la calle Zorrilla y no en la Carrera de San Jerónimo, donde tenía su residencia la familia Medinaceli hasta 1910, año en que se demolió para la construcción del Hotel Palace.
Asimismo se incorporó la Casa de Feria, del linaje Figueroa, que ya se había unido a la de Priego en 1634.
La casa de Medinaceli conserva un extraordinario conjunto artístico y documental, gestionado por una fundación.
Entre los artistas representados, se hallan El Greco (con más de cinco obras, entre ellas una rara escultura, Cristo resucitado), Antonio Moro, Pieter Coecke, Alonso de Berruguete, Sebastiano del Piombo (la famosa Piedad de Úbeda, actualmente en préstamo en el Museo del Prado), Il Sodoma, Gaspar de Crayer, Luis Tristán, José de Ribera (La mujer barbuda), Zurbarán, Juan Carreño de Miranda, Goya, Salvatore Rosa, Luca Giordano (Erminia entre los pastores), Giuseppe Recco, Mariano Fortuny, Tintoretto, Tiziano, Snyders y Jacopo Bassano...