La familia Dampierre tuvo un importante papel durante la Edad Media.
Sin descendencia masculina, fue sucedido por sus hijas Juana (1205 - 1244) y Margarita II (1244 - 1280).
Ambas hermanas se enfrentaron después por la parte de herencia que le correspondía a Margarita y Juana trató de que el matrimonio fuera anulado, alegando que la unión no era legítima y el Papa Inocencio III condenó el matrimonio, aunque sin llegar a anularlo formalmente.
En 1246 rey Luis IX de Francia, actuando como árbitro, otorgó los derechos de herencia sobre Flandes a los Dampierre, y los derechos sobre Henao a los Avesnes.
Carlos aceptó esta concesión y entró en guerra con Juan I de Avesnes, pero no pudo tomar Valenciennes y estuvo a punto de morir en una escaramuza.
Cuando Luis regresó en 1254, ratificó su decisión y ordenó a su hermano abandonar la lucha.
Durante las décadas siguientes continuaron los enfrentamientos entre Dampierres y Avesnes, que a principios del siglo XIV también habían heredado los Condados de Holanda y Zelanda.