La corte generalmente era considerada como una de las más asfixiante y guiadas por la etiqueta en Alemania.[4] Un fuente consideró:"Envuelve a la realeza en una especie de cautividad, y mientras el gran duque se presta a la misma y es demasiado conservador para admitir cualquier cambio, abruma con sus trabas a los miembros más animosos de la familia".El gran duque es muy sombrío, y su corte y su ambiente reflejan su carácter en este aspecto, hasta tal punto que Weimar se ha convertido en la capital más triste de Europa".[4] Carolina causó un escándalo buscando refugio en Suiza; su marido no tardó en ir tras ella, ya que se dio a entender que ella no habido huido del matrimonio sino que en su lugar simplemente pretendía alejarse de su séquito en Weimar.[4][6] Finalmente fue inducida a volver, pero pronto perdió la salud y cayó en la melancolía.